OTOÑO.
Para María Azucena Caballero herrera.
Para María Azucena Caballero herrera.
Con pena de niña la tarde llovía
sobre los cristales de mi corazón,
y allí en la penumbra oía y oía, con sana alegría,
tú queja de alondra y tu tango cantor.
Porque entre las sombras de tu lejanía
se fue en el silencio tu ardiente canción,
tu tango, tu risa con la poesía
que inspiro mis versos rendidos de amor.
Muchacha de entonces mi voz de poeta
te evoca en mis noches teñidas de adiós,
dormida silueta de mi fantasía
que aun te recuerda con el bandoneón.
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Fabio A. Pabon M.
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Fabio A. Pabon M.
CURANDERO TANGO.
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