jueves, 14 de enero de 2010

TANGO



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TANGO POEMA.

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Al compás de un Tango 
yo siento tu cuerpo junto al mío,
te siento palpitar, ardiente, 
llena de amor, incandescente.

Y los firuletes, 
tallados cuidadosamente como fino cristal,
se extienden y somos la champaña 
y el caviar de la milonga.

Cuando el tango se desliza 
por tu cuerpo siento envidia,
su beso voraz te roza 
y tu espina dorsal se vuelve espiga.

El nácar de tus senos se estremece 
y apasionadamente...
me incitan a besarte suavemente ,
con ternura infinita.

El bandoneón tiene la magia 
de un huracán en cinta,
la apasionada magia del abismo 
que induce al corazón.

El hechizo de un brujo milenario 
que se murió de amor;
la indescriptible nota 
que incendia de luces mi alborada.

Y tú, como una diosa me cautivas 
y al compás del tango
Te acercas y me esquivas 
y yo insaciablemente te deseo;

Con locura infinita; 
y con puro y con morboso intento
me embriago, ante el ardor 
pasional de tus encantos.

Hierven de furia nuestros cuerpos, 
eres pétalo abierto,
y te esponjas absorbiendo 
las inhalaciones de mi aliento.

Estoy en ti y estas en mí, 
nos une un tango, nuestro amor,
una ilusión, un beso; 
¡Con la fuerza candente del deseo!

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Fabio A. Pabón M.
CURANDERO TANGO.

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